viernes, 10 de junio de 2011

Huevo Aureo




Imágenes de trabajos en el taller del jueves 8 de junio 2011.
Comparto distintas etapas del trabajo, con tomas de inicio y más avanzadas.

La construcción del huevo áureo es un bisagra en Geometria Sagrada.
No es un mandala, recordemos que mandala significa círculo en sánscrito, sin embargo, el huevo tiene tanta importancia como esa figura, ya que remite a nuestro inconsciente y surgen figuras y formas que realmente asombran.
Este trabajo se realiza a partir de la estrella pentagonal, sin embargo de la misma no queda nada una vez construido el huevo, y el hecho de no tener soporte ni red hace que en primera instancia nos sintamos perdidos y desorientados pero enseguida nuestra parte creativa surge y entonces las imágenes son verdaderas confesiones de nuestro inconsciente.

Figuras donde creemos ver raíces, fuegos ancestrales, montañas y lobos, una mujer observado el paisaje con un manto blanco en la cabeza meciéndose sobre una hamaca, formas marinas que bien pueden representar ballenas o caracoles, dan testimonio de hasta que punto es creativo trabajar sobre el Huevo áureo.


Comparto algunas reflexiones:

Del Simbolismo de las Artes Visuales (Aniela Jaffé) me permito citar un párrafo por demás de interesante:
“La historia del simbolismo muestra que todo puede asumir significancia simbólica: los objetos naturales (piedras, plantas, animales, hombres, montañas, valles, sol y luna, viento, agua y fuego), o cosas hechas por el hombre ( casas, barcos, etc) o, incluso formas abstractas (números, triángulo, cuadrado, círculo).
De hecho, todo el cosmos es un símbolo posible.”

El huevo tiene su historia en todos los pueblos y por ende su significancia.
En Egipto, por ejemplo, estaban consagrados a Isis, y los sacerdotes lo utilizaban en distintos rituales.
El simbolismo del huevo egipcio se asemeja en la cultura griega al mito de la caja de Pandora, se cree que Osiris y su hermano Tifón, lucharon respectivamente e introdujeron todos los bienes y males del mundo en un huevo, que al romperse resultaron esparcidos en el mundo.
El huevo mítico de Babilonia, fue incubado por Ishtar para caer luego del del cielo a las aguas del río Eufrates.
En la cultura occidental y cristina, la iglesia de Roma incorporó de buen agrado el huevo como su propio símbolo de resurección, a pesar de conocer su origen pagano.
En extremo Oriente, Brahma nació de un huevo de oro que flotaba sobre las aguas primordiales, dedicándose a la meditación durante años sobre una flor de loto, antes de iniciar la creación del mundo.

Así como la estrella nos indica “el camino a seguir”, el objetivo, nuestra guía, el futuro; el huevo remite inexorablemente a nuestros orígenes, al pasado, a nuestro inconsciente.
Pasado, presente, futuro...y el desafío de plasmarlo en el dibujo.
No quiero pasar por alto la referencia al huevo alquímico. El mismo fue otro de los simbolismos más usado por los alquimistas; de él dijo Miguel Majer: "Existe un pájaro que es más sublime que todos los otros. Preocupaos únicamente en buscar su huevo, y al hallarlo, cortadlo con una espada flamígea".
La preparación, formación y "gestación" de este huevo mágico lleva su tiempo; puede durar meses, incluso años y cuando el proceso se ve terminado, tendremos delante de nuestros ojos la Piedra filosofal. La piedra filosofal era una sustancia que según los creyentes en la alquimia, tenía propiedades extraordinarias, como la capacidad de trasmutar los metales vulgares en oro. Desde tiempos immemorables fue ansiosamente buscada y codiciada porque podía llegar a curar algunas enfermedades y otorgar la tan ansiada inmortalidad.

Menuda tarea, solo digna de un huevo.

Un abrazo Cecilia

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Poesía con imágenes y música "Deslices"